lunes, 27 de octubre de 2008

Cartas desde la China III (y medio) - Cazando Japos

No, no. No he perdido el norte, al menos de momento, pero todo se andará. Seguimos en la China, no nos hemos ido a Japón.

Me refiero a Japos de japos, esto es, escupitajos.

Es el deporte nacional. Deberían hacerlo olímpico y así no necesitaban explotar a tanta niña gimnasta para obtener tropecientas medallas.

Aunque pueda resultar un poco asqueroso hay que dar al César lo que es del César y reconocer que han hecho de ello un verdadero arte. Los lanzan a cualquier distancia, de lado, centrados, con o sin carrerilla, … ¿Que qué carrerilla? No, no me refiero a coger impulso y lanzar el japo, que ya sería la leche, ja ja, Eso sí, sería más fácil esquivarlos: en cuanto vieses a un chino que de repente, sin ningún motivo aparente, arrancase a correr con los ojos desorbitados y haciendo aspavientos con la boca, ya puedes apartarte a tiempo, a no ser que sea de los que escupen de lado, que entonces estás perdido. Me refiero a la carrerilla "de procesado". Esto es, oyes como empiezan a emitir sonidos guturales y a poner caras raras, moviendo la mandíbula a izquierda y derecha. Ggggggg, gggggggggg, gggglglglglglg. Lo bueno es el glglglglglglgl, que es cuando se forma el "tema" (que diría otra vez cierto amigo).

Luego lo lanzan con precisión y, lo que más me llama la atención: no se descompone el japo en el aire, como en Occidente, sino que es todo uno hasta que impacta en el suelo dibujando formas de lo más variadas.

Parece ser una costumbre típicamente masculina, no sé si será cuestión de marcar territorio. El caso es que en Lanzhou llover no llueve pero ganas nos dan de sacar la capota del cochecito… Es la mar de peculiar.

Lo que está claro es que es una manía que no responde al estatus social, porque en el hotel en el que nos hospedamos todos los chinos son de pasta, y la hora del desayuno parece Maniobras Guturales en la Oscuridad. Resulta cuanto menos curioso escuchar de vez en cuando un ggggggglglglglgl mientras tú estás untando la mantequilla en la tostada.

En el paseíto matutino de hoy hemos visto una nueva modalidad que consiste en lanzarlo por la nariz, estilo futbolista. No alcanza la misma perfección porque no sale todo uno pero al ser más consistente describe un giro más vistoso en el aire y al chocar con el suelo adquiere mayor relieve.

Hablando de capotas y de cochecitos, hemos comprado uno al peque (40 euros, un poco caro para ser chino pero va de cine y no consume mucho), y cuando va en él espatarrado más que el Príncipe de Gansu parece el Obispo de Gansu. No sé si habrá que bajar las tomas de bibes, cosa que agradecería enormemente porque me paso el día calentando agua (a veces recogiendo pero prefiero no comentarlo).

Por cierto, me río yo de los novatos que conducen sus cochecitos con total pericia por el Paseo Pereda. Aquí me gustaría verles a mí, en la Jungla de Lanzhou: que si cuidado con ese escaloncito de 40 cm, que a ver no le pises la manta al comerciante, ojo con ese embudo que parece que están pasando los 1.300 millones de chinos a la vez, al loro con el autobús-coche-bicicleta-moto conducido todos ellos por un daltónico.

Ja ja ja. Esto me recuerda al guía que nos acompaña en esta semana por una cosa que nos pasó (esto es un descojone continuo). El tío Liu. Buenísima persona. Pero ya os hablaré de él en el siguiente correo.

La gente es majísima. Todo el mundo se te queda mirando cuando paseas. Se apartan cuando te ven con el carrito, se acercan a achuchar al niño y a preguntarte cosas y si te paras, ya ni te cuento. A mi me sigue extrañando porque cuando te adelantan no saben si el niño que llevas es chino, americano o español y ya van mirando al carrito para ver el contenido. Cuando ven que es un canajo chino ya comienzan las sonrisas y las carantoñas. Hasta nos han salido dos abuelas que nos riñen si no hacemos las cosas como es debido (ya os comentaré junto con lo del tío Liu porque lo de hoy ha estado la mar de gracioso).

La ciudad está muy bien. Nos había comentado Severiano (una persona de Andeni que nos ha ayudado muchísimo con los trámites de la adopción y al que desde aquí, ya en el final del camino, se lo queremos agradecer, por cierto Mª Jesús, mándale por favor los correos que seguro le hacen ilusión), que no valía gran cosa, pero si te sumerges en ella tiene cantidad de cosas curiosas que ver (os paso unas fotos con escenas típicas de aquí). Tiene calles anchas y peatonales llenas de tiendas de moda en plan bien donde por la mañana ves a la gente ir de compras, pasear o dar de comer a los niños (os adjunto fotos a ver si descubrís dónde están Wally y Wallito), y por la tarde se llenan de puestos callejeros donde se venden las cosas más variadas y de jóvenes esperando a sus amig@s/novi@s. Entre estas calles llenas de luces de neón hay otras más estrechas que representan la China más tradicional y casta con edificios de apartamentos mucho más bajos y viejos, restaurantes típicos, tiendas cutrecillas, puestos de fruta, costureras que te hacen los arreglos (estamos hablando de ropa) en la calle… Escenas típicas de Asia, donde la vida transcurre principalmente fuera de las casas.

Terminaría antes este correo si María no fuese tan pesada y dejase al crío dormir tranquilamente. Le preocupa lo mucho que duerme (inocente), así que le ha despertado y me lo ha encasquetado, y aquí estoy yo, escuchando a Baby Mozart, con el crío en un brazo y con el otro tecleando. Así que os dejo. Creo que María os quiere poner unas líneas. Que adjunte ella las fotos…

Por cierto, antes de que se me olvide, ¿hay vida ahí fuera? Tenemos mucho tiempo y nos gusta recibir noticias de la gente, a si que a ver si alguien nos cuenta algo.

Besos.


MADREEE, no conocía yo esta faceta de escritor de Fede, pero no puede describir mejor nuestras peripecias en China, espero que os estén gustando los relatos jejeje pone entusiasmo el chico…

Por cierto, la foto de la sonrisa de Quique va dedicada a su tío Rober que dice que siempre está muy serio y la verdad que no para de reírse es un cielito y no es pasión de madre eh?


"Tío Emilio", hoy nos acordamos mucho de ti, empezó a llover y nos vino muy bien tu regalo, muchas gracias de nuevo.
Bueno a mi sólo me queda mandaros muchos besos de mi parte y de parte del peque.


Besitos y hasta mañana que ya os escribimos desde Pekín.

MUACK

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