miércoles, 29 de octubre de 2008

Cartas desde la China II. - Primer día con el peque

Ya hemos pasado un día entero con el peque.

Ya nos vamos enterando un poco de que va esto y de la que se nos viene encima.

El apodo de "manostristes" que me pusieron hace mucho tiempo mis "amigos", y que yo negaba a capa y espada, se confirma amplia y lamentablemente en estos momentos.


La curiosa costumbre que tenemos los hombres de traer una cosa en cada viaje (como un mal camarero) en lugar de varias (o todas si es posible), no perdona cuando se trata de críos, y el pequeño espacio que separa la cama donde cambiamos a Quique del cuarto de baño empieza a estar desgastado de tanto pisarlo. Que si traigo el pañal, que si se me olvidan las toallitas, ese culito necesita crema, habrá que cambiarle el pijama también, ¿no? Pues cada coma un viaje de ida y vuelta. Por no hablar del resto de las cosas que hay que cargar en la mochila: agüita para que beba mucho, que tiene mocos; agua caliente en el termo para el bibe; la leche y los cereales convenientemente medidos y guardados; más toallitas-pañales-cremita; ropa por si hace frío; … en fin, seguro que alcanzaron el Everest con menos equipamiento.

Todo el mundo nos mira por la calle, no sé si es porque parezco un sherpa de cosas que llevo o por lo guapo que es el crío. Por lo visto les llama la atención ver a occidentales llevando niños chinos, sobre todo si se les lleva en una mochila tipo canguro, que aquí no se ve ninguna.

No os podéis imaginar la presión ambiental que supone dar el bibe en la calle, es como si ascienden al Noja a primera división y debuta contra el Madrid en el Bernabeu ante 100.000 espectadores. ¡Coño, no han oído hablar del miedo escénico, que dejen a uno un poco de aire! (para comprenderme mejor se adjunta foto ilustrativa de la relación papá-biberón: un compendio de malentendidos). Eso sí, si aquí fuese igual este niño iba a pasar más horas en Cañadío con su papi que las dos farolas monumentales que iluminan la plaza, que no veáis lo que se liga.


Miedo me da. Miedo me da contar lo de los cambios de ropa. La habitación 1908 del hotel Sunshine Plaza de Lanzou se convierte en esos momentos en un cuadrilátero. "Señoras y señores. A mi derecha Enrique Liang López Arjona, “Príncipe de Gansu”, con una altura de 63 cm y un peso de 7 kg. (datos a ojímetro). A mi izquierda Federico López, “Manostristes”, con una altura no mucho mayor y 63 kg de peso (y bajando como el Ibex) …..

¡Comieeeenza el combateee…. !

Manostristes se acerca rabioso con el pantalón en la mano y el body en los dientes. El Príncipe le espera desafiante agitando violentamente ambas piernecillas. El choque es brutal. Surgen carcajadas por parte del príncipe y blasfemias de la boca de Manostristes. Éste hace un amago de intentar meterle un pie por una de las perneras pero… recapacita a tiempo y se da cuenta de que antes va el body . Lanza con rabia el pantalón al suelo y se dirige a poner el body antes de que su adversario gane terreno. Gracias a Dios las cabezas bienpensantes hacen las cosas pensando en gente como Manostristes y éste aprovecha las múltiples aberturas del body para encasquetárselo al pequeño príncipe, que observa alucinado la torpeza de su oponente.

Llega otro momento complicado del envite… La hora de pasar ese pepino de cabeza por el estrecho agujero de la camiseta. Ayudaría enormemente el que fuese un pepino del tipo "estático", pero obviamente no lo es, cosa que sabe perfectamente el pequeño príncipe y lo aprovecha cual alimaña ante su presa caída: al Gran Manostristes le faltan manos en el cuerpo y dedos en las manos para manejar tantos movimientos. Hay un momento de gran tensión en el que Enrique no ve nada porque se ha trabado la dichosa camiseta y empieza a emitir una especie de quejidos del tipo "eeeehhhhhh" "eeeeehhhh" y a agitar aún con más violencia sus pequeñas manecitas. Esto debe ser como los aviones cuando despegan, que hay una velocidad a partir de la cual ya no hay vuelta atrás, o se despega o te estrellas, pues aquí igual, o "pabajo" con todo lo que se tenga o viene María a relevarme, con la consiguiente victoria del pequeño y humillación del no menos pequeño. Así que la camiseta queda más o menos enfilada. Lo de los bracines Dios es de nuevo sabio y los dota de una flexibilidad increíble, sólo eso ha salvado al pequeñín de varias luxaciones e incluso fracturas. Para estos momentos el sudor corre por la amplia frente de Manostristes".

Un día antes estaba tirando fotos por la calle, más ancho que largo... Hoy, aquí le tenemos peleando a brazo partido con una fierecilla de 7 kg. El "sobre la marcha" le ha estallado en plena cara, sin haber cogido carrerilla, y contra un yudoca chino de armas tomar.


En el próximo capítulo os cuento, a los que tengáis paciencia, la escabrosa escena del primer cambio de pañales con "regalo". ¿Alguien ha visto alguna vez "chirivitas" por oler una simple mierda?


Un sufrido papi.



¿Qué más puedo contaros yo? Ya veis que se nos está dando muy bien, ayuda muchísimo lo bueno que es el peque, es un auténtico SANTO.

Fede está como loco con su niño, se le cae la baba de una manera… y a mi más sobre todo cuando les veo lo bien que se llevan.

Os adjuntamos algunas fotos del día para que veáis lo guapito que es.

Besos a todos y una sonrisa de parte de Quique (foto)

Mariajo.




My family


¿Dónde está el interruptor?


Foto de familia



Vencedor del primer asalto

1 comentario:

  1. Muchas FELICIDADES. Yo viví esto hace ahora (31 de agosto) 3 añitos, con una niña de 11 meses. Que bonito fue y es todo. De verdad que os deseo lo mejor, Disfrutar estos días, veréis como es lo mejor de vuestra vida. Yo no lo olvido nunca y cada vez que veo un niño/a adoptado de verdad que me hace tanta ilusión. Bueno, una vez más MUCHAS FELICIDADES POR ESE PRECIOSO REGALO QUE OS HA DADO LA VIDA!!!. Un abrazo Fe.

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